domingo, 21 de julio de 2019
LA SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR POR SU IGLESIA
Si bien muchos cristianos buscan en la Biblia arcanos, es decir, cosas escondidas, a fin de jactarse muchos de haberlos "descubierto", cayendo muchos en fantasiosas suposiciones que la Palabra de Dios no respalda. Por otra parte, también hay otros que se van al extremo contrario, es decir, prohíben leer y predicar especialmente del Apocalipsis ya que se trataría de "cosas difíciles" de interpretar.
Sin embargo, la misma Palabra de Dios, que es sencilla y al alcance de todo entendimiento por sí misma, nos señala que "toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil...".
Daniel también nos transmite que en los postreros tiempos "los entendidos entenderán...".
El problema nuestro es que le tememos a la Biblia. No la leemos. Y cuando llegamos a leer una porción de la Palabra de Dios la entendemos solo superficialmente porque no tenemos la costumbre, ni la familiaridad con su lenguaje y contexto en general.
Es así que llegamos a confundir la segunda venida del Señor, la cual se nos muestra en la Biblia en dos fases. Una, oculta para el mundo, y sólo visible para los santos que estén preparados para subir con el Señor en el aire para reunirse con Él. Esta es la llamada "Segunda Venida de Jesús POR su Iglesia", llamada por los cristianos que la esperan "El Rapto", o "Arrebatamiento" e la Iglesia, que ocurrirá al inicio de la Gran Tribulación, que el mundo no podrá ver, ni los cristianos impíos tampoco, sino que solo podrán sentir sus efectos: La desaparición de la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo y de millones de niños inocentes de pecado en todas las naciones de este mundo.
Esta es muy distinta e la llamada "Segunda Venida de Jesús CON su Iglesia", tras los siete años de la Gran Tribulación, en la cual nuestro Señor Jesucristo viene a gobernar este mundo en pecado CON todos los santos de la historia humana que, hayan estado muertos o vivos al ser arrebatados o raptados por el Señor Jesucristo. Vienen ahora a juzgar esta humanidad junto al Señor con cuerpos muy distintos a los hombres naturales, ya que fueron transformados en cuerpos incorruptibles de gloria y ahora son semejantes a los ángeles de Dios y no pueden ya morir, sino que gozan de vida eterna y sirven al Rey de reyes y Señor de señores quien los lidera.
Ellos, que fueron redimidos de entre los hombres, y quienes al ser arrebatados por nuestro Señor Jesucristo, pudieron ver cumplida la esperanza bienaventurada que nos convoca en este gráfico. Ellos ya vienen de regreso de su estadía con el Señor en el Cielo de Dios donde han estado en la mismísima presencia del Dios Altísimo. Han estado ausentes de este mundo siete años, y ahora ya vienen a establecer el reinado de nuestro Señor Jesucristo en esta tierra, en la cual gobernarán con el Señor durante mil años, en los cuales no habrá más muerte, ni enfermedad, ni dolor, hasta que los mil años sean cumplidos, luego de lo cual habrá una última rebelión de pecado en este mundo, en la cual todos los rebeldes y pecadores serán castigados por el juicio divino y muertos, entonces recién vendrá el fin de todo este universo que vemos, donde las estrellas y los cielos pasarán con grande estruendo, en tanto que los muertos que no hayan sido salvos serán sacados del infierno para comparecer ante el "Gran Trono Blanco", establecido por el Señor para el "Juicio Final", al cual deben comparecer todos los que no quisieron recibir a nuestro Señor Jesucristo como su Señor y Salvador, abandonando sus pecados en arrepentimiento por la fe.
Finalmente, la muerte, el infierno y todos los pecadores serán arrojados al Lago de Fuego, en el cual los esperan el Anticristo y el Falso Profeta quienes fueron muertos por el juicio de nuestro Señor Jesucristo al final de la Gran Tribulación e inicio del Milenio gobernado por el Señor y sus santos. Esta parte de su Segunda Venida será VISIBLE para el mundo, y "todo ojo le verá" en poder y gloria.
Hay cosas nuevas al fin del milenio. El Señor crea nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia y donde no habrá ninguna especie de pecado, ni de las consecuencias del mismo, porque todas las cosas serán hechas nuevas.
Entonces, y solo entonces se manifestará esta promesa del gráfico señalada arriba: Descenderá sobre esta nueva tierra una ciudad celestial llamada por el Señor "La Nueva Jerusalén", cuyo arquitecto y constructor es Dios mismo, y cuyas medidas en cuadro son de aproximadamente dos mil cien kilómetros de largo, ancho y alto. Medidas que ningún arquitecto, ni ingeniero de este mundo siquiera puede imaginar.
Ése es el lugar prometido que descenderá desde el Cielo de Dios a esa nueva tierra como herencia y hogar de los santos de Dios. Una herencia incontaminada e inmarcesible reservada en los cielos para sus hijos, y en la cual vivirán por los siglos de los siglos, sin relación con el pecado, y Dios mismo morará con ellos.
Todo esto nos lo manifiesta y revela el Señor en el Apocalipsis. En estos momentos el Señor trabaja en la construcción de aquella gloriosa ciudad para morada tuya y mía, pues su anhelos es que vivamos siempre en su gloriosa Presencia. Amén.
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